RINGO

Ringo tenía un hogar, un tutor que lo amaba y cuidaba. Pero un día, su mundo se vino abajo. Su tutor falleció inesperadamente, dejándolo solo, atrapado en una casa vacía. Ringo sufrió hambre, miedo y soledad, sin entender por qué su vida había cambiado de manera tan drástica.

Afortunadamente, su historia no terminó ahí. La Unidad de Bienestar Animal (UBA) lo rescató, brindándole la atención veterinaria y el apoyo emocional que tanto necesitaba. Luego de recuperarse, su vida dio un giro inesperado: una pareja de emprendedores turísticos, dueños de una hostería en Tumbaco, lo adoptó. Hoy, Ringo no solo recibe el amor de Roxana y su familia, sino que también se ha convertido en el anfitrión de la hostería, donde da la bienvenida a los turistas con su energía y cariño. Su historia es un recordatorio de que, incluso después de una pérdida, siempre hay una nueva oportunidad de ser amado.