LOBITA

Con solo tres meses de edad, Lobita fue encontrada viviendo en una caja, fuera de la casa de tus tutores. No conocía la comodidad, ni el afecto, solo el frío y la incertidumbre de cada día.

Gracias a la UBA, recibió atención veterinaria y emocional, y poco después, encontró un hogar con Lorena. Ahora, Lobita ya no duerme en una caja, sino en una cama suave, rodeada de amor y cuidados. Su historia es un testimonio de cómo un pequeño acto de compasión puede cambiar una vida para siempre.