HOMERO

Homero pasó tanto tiempo encerrado en una fábrica de ladrillos que su pelaje tomó el color de su entorno. Vivía entre el polvo y la soledad, sin conocer el calor de un hogar ni el cariño de una familia.
Cuando la UBA lo rescató, su historia conmovió a Javier y su familia que decidió adoptarlo. Para ellos, su color no era un símbolo de su pasado, sino una parte hermosa de su identidad. Hoy, Homero vive rodeado de amor, demostrando que, sin importar de dónde vengamos, siempre hay alguien dispuesto a aceptarnos tal como somos.